viernes, 18 de diciembre de 2009

Rupturas

Ahora que estoy a punto de comenzar mis segundas vacaciones navideñas (lo sé, en este momento me odiáis... no os preocupéis, se os pasará), he querido lanzar un grito al mundo. Ese grito es para que, en estas fechas tan familiares, os recuerde que además de los semejantes, también hay que dedicar tiempo a uno mismo. Y no lo digo con ánimo egoísta en el aspecto más radical, sino como aliento y consuelo para las personas que aún se siguen mirando al espejo y no les gusta lo que ven. Y es que, si no nos queremos a nosotros mismos, así tal y como somos, ¿quién lo hará?.

Y una mención especial para aquellos que estén pasando una ruptura o que, si bien ha pasado ya un tiempo, aún le supuran las heridas. Si alguien no quiere estar con vosotros, será que no era la persona adecuada, nada de mirar para atrás, alzar la vista hacia adelante y caminad sin miedo por la vida.

Os dedico esta canción, que a mí personalmente me ha ayudado mucho a superar mis anteriores rupturas. Un saludo a tod@s y FELIZ NAVIDAD.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Loca por ella

Su cabello se movía entre la neblina de humo del bar, dibujando surcos que encaminaban mis pasos hacia ella. Seguía su destello como un insecto va irremediablemente hacia la luz, con los ojos cerrados, dejándome guiar por su perfume y por el ritmo de la música que tronaba sin descanso en el local. Acorté deliberadamente los metros de distancia que nos separaban hasta quedarme a escasos centímetros. Su sedosa melena dejó de ondear y de repente ella se giró. Había notado mi presencia y no dudó en encontrarse con mi impaciente mirada. Comencé a acercarme más aún a su cuerpo y sus ojos traviesos me invitaron a no dudar en mi empeño. Deslicé mis dedos sobre su rostro y como si de un dibujo se tratase, acaricié con ternura y pasión cada curva, dedicándole su instante de gloria a cada detalle, a cada peca, deleitándome con sus labios, que invitaban a la lujuria de una manera atroz, casi cruel. Ella sonrió con una calidez envidiable y, sin más, nuestros rostros se acercaron para fundirse en un delicado beso, en un coqueto roce que invitaba a algo más y que despertaron en mí los más fascinantes y ocultos deseos. Y justo en ese momento, cuando el perfume de aquella mujer me embriagaba, cuando el calor de su cuerpo traspasaba el mío y estremecía mis entrañas, descifré lo que hasta ese momento era una simple murmullo en mi cabeza: ESTOY LOCA POR ELLA.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Booooooooooooommmmmmmmmmm

Por fin reventé. En sentido figurado, claro está, no os asustéis. Pero algo ha cambiado dentro de mí y es inevitable.

Para quien crea que la Navidad y estas fechas tan señaladas de este invierno podrían reblandecer el iceberg que tiene mi madre en el pecho... ya os comunico que no ha sido posible, que debe ser más grande que el que hundió el Titanic.

Nos invitó a mi pareja y a mí a una comida familiar para después ignorarnos hasta límites insospechados. Es lo que tiene cuando se hacen las cosas de forma obligada. A saber con qué razones amenazó mi padre a mi madre para que cogiese el teléfono y nos diese la buena nueva. Pero para tristeza de mi progenitor, que lo único que deseaba era tenerme de nuevo en casa, mi madre estuvo más pendiente de una mosca que volaba por el salón, o quizás de un ruido que sonaba en algún sitio... quién sabe. Y bueno, un alivio, la verdad, porque para cuando nos miraba parecía que iba a vomitar... así es que mejor la indiferencia absoluta.

¿Sabéis lo que es abrazar una columna de un garage? Pues excepto por lo sucio, es igualito que abrazar a mi madre, sientes que podrías haber hecho cualquier cosa mejor. Esa fue la sensación con la que mi pareja y yo regresamos de casa de mis padres, con la sensación de que haber estado recogiendo chapapote hubiese sido más cálido.

Así es que ya está. Pensando nosotras que aquella invitación significaba que daba marcha atrás a sus años de lucha contra mi condición sexual y resultó que cogía carrerilla para pegarnos una patada en el culo. Pues ya está la patada dada. Ya no pongo más el culo.

viernes, 27 de noviembre de 2009

Dolores O'Riordan y Luciano Pavarotti - Ave María

Hace tiempo un amigo me pasó esta canción. Esta allí, perdida entre tanto mp3, en la inmensa discografía de The Cranberries. Había tantas canciones, tantos buenos discos, que apenas me percaté de la existencia de ésta, en concreto.
Pero un día tuve el privilegio de escucharla y pensé que era simplemente maravillosa. La fusión de dos potentes voces, de dos cantantes con un don en la garganta, todo ello acompañado de un conjunto de coros y músicos dignos de mención.
Que conste que no soy para nada religiosa, pero esta canción transmite PAZ, y como estamos envueltos en estos días tan crudos y sombríos, entre la crisis y la violencia en todo el mundo, y pensando en la cercanía de fechas con la Navidad y con todo lo bonito que ello significa, creo que esta canción merece unos minutos de entregarse a ella, de degustarla, de sentirla.



Buen provecho.

jueves, 12 de noviembre de 2009

El placer está en tus manos

Como me gusta dar caña, hoy me voy a decantar por charlar acerca de ésto.



Bien, como era de esperar en esta sociedad española tan "moderna", cualquier cosa que se haga relacionada directa o indirectamente con la sexualidad es llevada desde la risita de turno hasta el más absoluto extremismo católico.

Resumir un proyecto desarrollado por juventudes socialistas, por nuevas juventudes del PP y apoyado por la Junta de Extremadura y dejarlo en que se va a enseñar al adolescente extremeño a "cascársela" me parece inaudito. ¿Realmente alguien se lo ha creído? Me temo que sí.

Pues para los que hayan opinado sin saber, he de comentar lo que la gran mayoría de los periódicos y programas de tv no han dicho. Estas jornadas están orientadas a muchos aspectos de la sexualidad que nuestros jóvenes deberían conocer. A desterrar mitos, a saber exactamente qué es lo que tienen entre manos.

Porque no nos engañemos, la sexualidad es un tema importante pero desconocido para ellos. La mayoría no pregunta ni obtiene respuestas en casa y está malinformado. Y estas jornadas tratarán temas tan importantes como las relaciones sexuales, métodos anticonceptivos, enfermedades de transmisión sexual y cómo evitarlas, orientación sexual, homosexualidad, aceptación de la sexualidad, conductas sexuales sanas, fomento de relaciones sin violencia de género y exploración de la sexualidad de cada uno.

Y sí, considero que la masturbación es un tema a tratar en unas jornadas como éstas. ¿Por qué? Pues porque aunque nos parezca mentira, aún hay mujeres que no saben lo que es un orgasmo ni dónde tienen el clítoris, por lo que si ellas mismas no saben dónde está su placer, difícilmente se lo podrán indicar a sus parejas. Y ésto al final generará en una frustración complicada de solucionar. Porque las cosas ya no son como antes, en las que la mujer vivía en el ostracismo del yugo patriarcal, se abría de piernas y el hombre descargaba. Las cosas, afortunadamente, ya no son así.

Yo entiendo que para las personas cerradas de mente, católicos extremos que crean que el sexo sólo sirve para tener hijos y por tanto, no importe el placer personal, el disfrutar del amor, de la pareja, de esos momentos tan íntimos..., ésto les parezca una atrocidad. Pero para los que deseamos que nuestros jóvenes no acaben consumiendo prostitución, para los que no queremos que sigan apareciendo adolescentes embarazadas y otras tantas inmersas en miedos producidos por una deformación y mitificación de la sexualidad ("siempre la mujer debajo, el hombre arriba..." y barbaridades semejantes) creo que estas jornadas serán muy interesantes.

Y para el que quiera seguir criticando, indicar que varias personas de las que darán las charlas se dedican a la venta de productos eróticos. Lo han decidido así porque creen que estas personas, que tienen más experiencia a la hora de hablar de sexo en reuniones y en tiendas especializadas serán más claras y sabrán crear un clima propicio para que los adolescentes puedan preguntar sin tapujos e informarse de todo.

Para terminar decir, que sí, estamos en crisis, pero creo que invertir en educación, del tipo que sea, debería apoyarse y no banalizarlo ni ridiculizarlo. Al fin y al cabo, lo que sembremos hoy se recogerá mañana, y es preferible apostar ahora por una buena educación sexual que recoger dentro de diez o veinte años un puñado de frustrados, divorciados y embarazadas sin desearlo.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Un anhelo hecho realidad

El post de Malena me ha inspirado. He pensado detenidamente en lo que me gusta hacer y en lo que no. Realmente, intento no hacer nunca cosas que no me gustan, o por lo menos intento encontrarle alguna motivación cuando no me queda más remedio.
Lo que sí creo que es importante es disfrutar de las cosas que a uno le gustan. La vida es tan corta que a veces da miedo. No se puede desaprovechar así como así.
Me encanta pasar tiempo con la gente a la que quiero, soy una mujer muy sociable y me gusta serlo, pero lo suficientemente independiente como para disfrutar de tiempo a solas.
Hace ya algunos meses, un domingo cualquiera que estaba sola en casa, llené una mochila con bebida, un tupper de ensalada y mi cámara de fotos y me lancé a la aventura.
Por circunstancias de la vida, durante un tiempo tuve que pasar muchas veces por las llamadas “curvas del Tajo”, antigua carretera Cáceres-Plasencia. Y siempre que pasaba me quedaba con las ganas de parar y disfrutar del magnífico paisaje. Así es que pensé que quizás aquel domingo era el perfecto para perderme por aquellas carreteras y sus idílicos rincones.
Paré allá donde siempre quise, retraté el Toro de Osborne, saltando vallas y todo, con el chaleco reflectante me encaramé en la barandilla de uno de los puentes, simplemente para perder la mirada en las revueltas aguas que jugaban varios metros bajo mis pies. Me adentré por caminos de tierra y piedras hasta encontrar un rincón, alejado de todo, donde el agua acariciaba la orilla con suavidad y era tan cristalina que podía ver los peces nadar. Allí saqué mi tupper, comí bajo el sol de la primavera, y después me eché una siesta.
Cuando el sol parecía que se iba a marchar y refrescó el ambiente, recogí todo y regresé a casa, no sin sacar unas cuantas fotos más y regocijarme en el buen día que había pasado, sola, sí, pero acompañada de mis pensamientos, de mis sentidos, de la naturaleza fluyendo tranquila a mi alrededor, de los pájaros que surcaban los cielos, del olor del agua, del sonido de su constante paso y, sobre todo, de la sensación de haber cumplido un objetivo, un sueño, un anhelo.
Aquí os dejo un pequeño resumen de mi reportaje fotográfico.



Aquí le saqué una foto al toro... aínss... cuántas ganas tenía de acercarme a este cartel.



Aquí estaba yo, durmiendo la sienta. Un lugar idílico, ¿verdad?



Esta foto la saqué cuando me estaba ya marchando, pero mereció la pena volver a parar el coche


Espero que os haya gustado mi post. Con él sólo os quiero decir que hagáis realidad vuestros sueños, intentad que no se queden en el tintero y disfrutad de cada día.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Divagando

Llevo una temporada bastante espesa a la hora de encontrar ideas que plasmar en letras escritas. Parece que cualquier otra actividad es más reconfortante, pero en realidad no es así. Acabo todos los días tan agotada de trabajar que apenas miro las películas descargadas del emule, por no estar más tiempo delante del pc.
Así es que, intentando evadirme del cansancio, zambullo mi mente y mi atención en otras inquietudes, llegando hasta el maravilloso mundo de la música.
Lo reconozco, soy una friki. Pero mucho, además. Llevo una temporada en la que me dedico a descubrir qué grupos acompañan con su música los anuncios de la tv. Es para mí un reto dar con la dichosa canción y después escucharla sin cesar.
Por poneros un ejemplo, he dado con la música de aquel extraño anuncionde H&M, con el de Fructis, con el de las libretas Oxford y hasta con canciones que aparecen en los anuncios de las series, véase el caso del último anuncio de Bones, cuya canción tengo puesta en Repeat en el Windows Media Player del curro. Luego me emociono por el descubrimiento y le doy el coñazo a mi novia, a mis compañeros de trabajo, a todo el que pase por mi lado en esas horas de plenitud musical, les enseño la canción, les digo que es genial, y ellos me sonríen con cara de "la pobre", sin prestarme demasiada atención.
Pero es que yo soy así, qué le vamos a hacer. Podría ser como una maceta tragatele, quizás sería más sencillo, pero no puedo. Me interesa todo lo que no conozco, sobre todo si es algo que me gusta o me atrae de alguna manera, y tengo que descubrirlo.
Y bueno, después de esta parrafada, lo justo es que le echéis un vistazo a mis últimas adquisiciones musicales. Aquí las dejo, por si os apetece.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Los "diferentes" colores

Hoy me he quedado sorprendida al recibir en el correo este anuncio:





Simplemente me horroriza que ya desde pequeños les estén adoctrinando a los críos en sus "diferencias obligatorias". La niña, colores dulces de princesita, y el niño colores fríos, inclementes a sus sentimientos. Quizás parece una tontería, pero las frases de "los niños no lloran" o "las niñas no juegan con pistolas, sino con cocinitas" aún nos retumban en la cabeza.

Partiendo de la idea de que a los niños se les debería comprar juguetes que les gusten, me gustaría que alguien me dijera a cuántos niños les regalan un muñeco de recién nacido con su sillita si lo piden, por ejemplo, para Reyes. ¿Acaso ellos, en un futuro, no van a ser padres? Yo he visto niños jugando con otras niñas a los papás y a las mamás, y llegar el padre de turno y decirle "no, tú no juegues a eso, mariquita". Y bueno, ya cuando llegan al colegio, como tengan un juego de niñas, estarán marcados y maltratados el resto de su infancia.

Las niñas, en ese aspecto, son un poco más flexibles. Está mejor visto ser niña y jugar al balón que ser niño y jugar a las cocinitas. Pero hasta ciertas edades... ¿qué es eso de jugar al balón como un "marimacho" cuando te deberías estar pintando como una puerta?

Todo ésto al final lo que provoca es que el mundo está lleno de mujeres princesitas, metidas en casa, esperando al marido para tener hijos y criticar a la vecina, lleno de hombres que esperan que sus mujeres no ganen más que ellos, que tengan las camisas planchadas y los hijos duchaditos y metidos en la cama por las noches. En resumen, que la vida sea tal y como se la contaron. Y luego nos preguntaremos porqué los hombres siguen siendo tan machistas, y las mujeres tan dóciles y cobardes. ¿Acaso alguien les dijo que tenían otras posibilidades?

Por supuesto, ésto tiene otra cara bastante más amarga. La del que se revela. Ese hombre sensible y correcto, al que las mujeres sólo ven como el eterno amigo, porque no es un cabroncete que las haga sufrir, o esa mujer ejecutiva, que lo ha conseguido todo en el terreno profesional, inteligente y despierta, que no encuentra un hombre que soporte tener a su lado una mujer tan independiente y que gane más dinero que él. Estas personas son unas incomprendidas, unos "desechos" de nuestra sociedad tradicional, en la que las familias deben ser un modelo de jerarquía patriarcal, con hombres cuya obligación sea "protejer" a su débil mujer y a sus churumbeles.

He de decir, como punto final, que yo siempre he ido a contracorriente, y que por mucho que me prohibieron jugar al fútbol y criticasen porque no bebía alcohol, porque no me ponía falda o porque no gastaba sombra de ojos, he sido y sigo siendo muy fiel a mí misma. A fin y al cabo, yo nunca quise que pintasen las paredes de mi habitación de color rosa.

martes, 22 de septiembre de 2009

El partido de fútbol

Sus manos, abruptamente decoradas por los tendones y venas en tensión, apretaban con una fuerza desmesurada. Quizás más de la que nunca pudo imaginar. Podía sentir en cada dedo el palpitar del cuello de su esposa, resistiendo vagamente a su estrangulamiento. Los ojos de la mujer parecían salirse de sus órbitas y reflejaban el terror de la agresión, de la certeza de saber que esta vez que sería la última. Los de él estaban inyectados en sangre, en ira, en desesperación. La odiaba.
Finalmente cesó el pataleo y la tez enrojecida pasó a un gris traumático. El cuerpo ya inerte yacía colgado de las manos, aún en tensión. Acto seguido, él dejó que el cuerpo de su esposa se desplomase sobre el suelo y volvió a sentarse en su sillón preferido. Aún le quedaba por ver en la televisión la segunda parte del partido de fútbol.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Un dolor (no tan oculto)

Soy feliz, pero la tristeza se ha hecho un poderoso hueco en mi corazón que no me deja sonreir del todo.
Tengo muchas cosas buenas en mi vida, una mujer maravillosa con la que me despierto cada mañana y que me da motivos para sentirme dichosa, buenos amigos, trabajo y mucho deporte en la tv.
Pero mi teléfono no suena y si lo hace es cualquier persona excepto ella, excepto mi madre. No me gusta pensar en ello, pero es que en ese aspecto me siento muy sola, me siento abandonada, carente del calor del que siempre disfruté a su lado... hasta que supo que quería ser yo misma, hasta que se enteró de que soy lesbiana.
A veces por las noches me despierto sobresaltada, acosada por pesadillas que me recuerdan el amor/odio que siento por tantos años de desoladora indiferencia, de sus lágrimas y reproches y de mi incapacidad por encontrar una salida en la que tenga cabida ella y sus homófobas ideas.
En mi presente y en mi futuro ella no tiene cabida, pues no acepta la realidad, la verdad de mi corazón. Y para qué nos vamos a engañar, su chantaje hace mella, pero no estoy dispuesta a destruirme a su lado, prefiero vivir cargando con la pesadumbre de saber que mi madre no quiere estar a mi lado, que dejar de ser yo misma.

lunes, 31 de agosto de 2009

Un sentimiento, un todo

¿Qué es lo que has hecho conmigo? ¿Por qué puedo ver la luz que emana de cada poro de tu cuerpo? ¿Qué sentido tiene alzar mis pies del suelo?, ¿acaso disfrutas viéndome volar?
Estas y otras preguntas deambulan por mi mente, pasan fugaces en los destellos de mis ojos cuando te miro, cuando te deseo, cuando te recuerdo. Siento el aroma de tu piel aún cuando estás lejos, impregnado en cualquier rincón de la cama, en la taza de café humeante, en las tardes soleadas y en las mañanas frías. Escucho cómo tus pasos se van acercando lentamente a mí y tiemblo de emoción, de ansia por volver a verte, aunque siempre te tenga delante, grabada en mis pupilas.
¿Acaso hechizaste mi espiritu con tu voz celestial, aquella tarde de septiembre? ¿Tan fuertes resultaron tus cantos de sirena sobre mi endeble resistencia? ¿o es que no había remedio, y tenía que enamorarme irremediablemente de ti?
Tus brazos me rodean y siento el calor de tu cuerpo pegado a la espalda. Me estremezco y casi te siento ronronear como un gato. Tus besos húmedos comienzan a resbalar por mi cuello, saciando dulcemente el anhelo que vive perenne en mí desde que llegaste a mi vida. Finalmente giro lo suficiente la cabeza para encontrar con mis ojos tu mirada cautivadora y veo reflejada en ellos la verdad de tu corazón.
Ya no hay más preguntas, tú las respondistes todas, una vez más, siempre.

lunes, 24 de agosto de 2009

Cerrando puertas

Miré hacia atrás y parecía que mis pasos se quedaban tatuados en los adoquines de la acera. Aquella sensación no me gustó demasiado, pues no deseaba dejar nada atrás, ni rastro alguno con el que mi pasado pudiera alcanzarme allá donde me dirigiese. Esta vez había tomado la decisión correcta y aunque mi corazón rezumaba sangre entre los resquicios de las heridas, no permitiría que se desangrase, o no por lo menos allí.
Nunca me puso la mano encima y quizás en ese aspecto debía pensar que tenía suerte, pero es que a veces una palabra duele más que una bofetada, y ella me dedicó un surtido inclemente de vociferios, improperios y resquemores que yo no podía ni quería soportar. Temía su malhumor, sus malas caras y la jaula dorada que me había construído y en la que una vez pensó que yo querría vivir. Nunca advirtió que los barrotes de oro y diamantes con los que me rodeó carecían de significado si no podía siquiera estirar mis alas.
Agotó mi coraje, me robó mis armas, mis tesoros y me hizo dependiente de su respiración, de su oxígeno. Ató mis piernas, vendó mis ojos y esperó a que todo fuese tal y como ella deseaba en su vida, sin contar con mi opinión, desestimando mis deseos y mis sueños, como una niña pequeña a la que hay que orientar.
Pero finalmente desperté de aquel letargo en el que me encontraba inmersa. Fue quizás sus últimos gritos, sus últimos reproches, o quizás simplemente porque me di cuenta de lo sola que me sentía. Así es que esta misma mañana hice las maletas con premura y cerré de un portazo la entrada de mi cárcel.
Ahora una nueva vida me estaba esperando, y no sabía si sería mejor o peor, pues desconocía lo que me deparaba el destino, pero al menos mis pulmones volvieron a llenarse de aire puro y pude respirar de nuevo por mí misma.