lunes, 17 de mayo de 2010

Contra la homofobia

Hoy, 17 de mayo, es el día de la lucha contra la homofobia, un odio que nos persigue todavía y contra el que hay que seguir luchando.

La historia demuestra que los cambios son complejos, lentos y sufridos, aunque éstos no dañen, aunque éstos no restrinjan, pues siempre hay algún ofendido.

La homofobia es una palabra tremendamente profunda. No se trata de que cuatro animales le peguen una paliza a un chico gay, por poner un ejemplo. De hecho, creo que nuestra sociedad, en general, siente repulsa ante cualquier tipo de violencia. Se trata de esa homofobia visceral aunque controlada, esa que hace mirar a la lesbiana del trabajo así, de soslayo, con distacia de por medio, no vaya a ser que quiera propasarse. La homofobia está detrás de cada comentario de los machitos de turno que opinan que "el culo contra la pared" cuando hay un gay en la misma sala y que "la que es lesbiana es porque no ha tenido un hombre de verdad entre las piernas".

La homofobia es un miedo hacia lo desconocido, hacia lo que se considera "antinatural" (algo bastante cuestionable, pues la homosexualidad siempre ha estado en la naturaleza humana), hábilmente impregnado de la retrógrada esencia católica. Se trata de considerar a los homosexuales personas de segunda clase, con los mismos deberes pero con menos derechos. Se trata de dejarse llevar por los poco acertados estereotipos, de pensar que todos los gays son unas "locas" y todas las lesbianas unos "hombretones frutrados".

La homofobia se alimenta de las costumbres, de lo que "siempre ha estado bien", se jacta de que un niño sólo debe ser criado por un padre y una madre, cuando lo importante en una familia es el amor. Sin ésto, no hay nada. De qué te sirve tener una madre y un padre que no te escuchan, que no te quieren, que te pagan con dinero en lugar de amor y de tiempo. La homofobia señala con el dedo a los padres buenos y a los malos sólo por su sexo y no por la capacidad de amar y de sacrificio que todo padre y toda madre debe poseer.

La homofobia se destila a litros cuando la salida del armario significa quedarse sin familia y sin amigos, cuando tienes que elegir entre una vida heterosexual forzada pero con el apoyo de tus padres o una vida al lado de la persona que amas pero con el rechazo de los tuyos.

La homofobia existe, desgraciadamente, y nos toca seguir luchando para erradicarla, para que los gays, lesbianas, bisexuales y transexuales puedan vivir en paz, sin el yugo de la moral religiosa atenazando nuestros sentimientos, para que en el mundo nadie pueda tener miedo de salir a la calle y ser uno mismo, para que el odio y la sinrazón desaparezcan de nuestra sociedad y podamos ser libres para aferrarnos a la libertad de pensar, de vivir, de amar y de sentir.

Libres. Ojalá algún día se pueda alcanzar esta utopía.

10 comentarios:

Hei Jei dijo...

ojalá...

seguiremos luchando mientras :)

malena dijo...

Hoy he estado en un acto con motivo del día contra la homofobía. Alguien ha dicho, que vivir en democracia es poder elegir y no sentirse discriminado por ello; estoy de acuerdo.
Yo puedo elegir, lo hago de hecho, pero mis elecciones sobre cómo vivir mi vida, me discriminan de manera dura, pero invisible a ojos de muchas personas. Alguien me dijo una vez, la sociedad y la familia no me tratará nunca de la misma manera que a un hetesexual, creía que no era cierto, pero en ocasiones veo que así es.
Todas las personas tienen las mismas obligaciones y por lo tanto los mismos derechos, no voy a permitir que nadie me diga lo contrario.
Estoy con Jei, seguiremos luchando.

toatoa dijo...

En realidad, no nos queda otro remedio, me niego a que los demás decidan acerca de mi vida y de cómo vivirla, como si estuviera cometiendo un delito.

Besos a las dos!!!

Geminis dijo...

Seguiremos luchando por el derecho de libertad que tiene toda persona, elegir libremente con quién compartir nuestro día a día.

Besazos guapa.

Pantera Margarita dijo...

Esto no cambiará hasta que en las mentes tan retorcidas que hay exista la palabra AMOR.

BESAZO Y ADELANTE.

Anónimo dijo...

Desde la escuela que es desde donde me muevo y donde se cuece el futuro, sólo puedo decir que mientras los maestros se sigan asustando ante cualquier diferencia, ya sea un grano o una deficiencia... o incluso una inteligencia superiro...no hay solución. Todo se andará, imagino...

Besos

toatoa dijo...

Está claro que la base es lo fundamental, la enseñanza desde la infancia del respeto y la tolerancia a las diferencias, asienta un camino de paz y convivencia por el que es más fácil caminar. El problema radica en los miedos que los adultos transmiten a los niños y que ellos, como esponjas, lo asumen como suyo.

Besos a tod@s!!!

Verónica dijo...

La historia nos demuestra tras los años, que el ser humano continua siendo homofogo por naturaleza... y da lo mismo las nuevas generaciones.

besotes de esta peke.

pd. te espero por mi cincon con tu taza de cafe, siempre que quieras...

crazy_chords dijo...

Y no sólo hay homofobia contra los que son LGBT, sino también contra sus familiares. ME ATERRA pensar cómo lo pasará mi hermano pequeño si se metieran con él porque su hermana es lesbiana y su hermano gay. Más aún si le acusaran también de serlo por rebote genético o algo. No quiero ni pensarlo.

Un beso.

toatoa dijo...

Hay mucha gente vacía y frustrada que tiene que atacar a los demás, a sus diferencias, para sentirse vivo. Esperemos que a lo largo de nuestra vida ni nosotras ni las personas que amamos nos encontremos con demasiadas personas de estas.

Besos a tod@s!!!