Simplemente me horroriza que ya desde pequeños les estén adoctrinando a los críos en sus "diferencias obligatorias". La niña, colores dulces de princesita, y el niño colores fríos, inclementes a sus sentimientos. Quizás parece una tontería, pero las frases de "los niños no lloran" o "las niñas no juegan con pistolas, sino con cocinitas" aún nos retumban en la cabeza.
Partiendo de la idea de que a los niños se les debería comprar juguetes que les gusten, me gustaría que alguien me dijera a cuántos niños les regalan un muñeco de recién nacido con su sillita si lo piden, por ejemplo, para Reyes. ¿Acaso ellos, en un futuro, no van a ser padres? Yo he visto niños jugando con otras niñas a los papás y a las mamás, y llegar el padre de turno y decirle "no, tú no juegues a eso, mariquita". Y bueno, ya cuando llegan al colegio, como tengan un juego de niñas, estarán marcados y maltratados el resto de su infancia.
Las niñas, en ese aspecto, son un poco más flexibles. Está mejor visto ser niña y jugar al balón que ser niño y jugar a las cocinitas. Pero hasta ciertas edades... ¿qué es eso de jugar al balón como un "marimacho" cuando te deberías estar pintando como una puerta?
Todo ésto al final lo que provoca es que el mundo está lleno de mujeres princesitas, metidas en casa, esperando al marido para tener hijos y criticar a la vecina, lleno de hombres que esperan que sus mujeres no ganen más que ellos, que tengan las camisas planchadas y los hijos duchaditos y metidos en la cama por las noches. En resumen, que la vida sea tal y como se la contaron. Y luego nos preguntaremos porqué los hombres siguen siendo tan machistas, y las mujeres tan dóciles y cobardes. ¿Acaso alguien les dijo que tenían otras posibilidades?
Por supuesto, ésto tiene otra cara bastante más amarga. La del que se revela. Ese hombre sensible y correcto, al que las mujeres sólo ven como el eterno amigo, porque no es un cabroncete que las haga sufrir, o esa mujer ejecutiva, que lo ha conseguido todo en el terreno profesional, inteligente y despierta, que no encuentra un hombre que soporte tener a su lado una mujer tan independiente y que gane más dinero que él. Estas personas son unas incomprendidas, unos "desechos" de nuestra sociedad tradicional, en la que las familias deben ser un modelo de jerarquía patriarcal, con hombres cuya obligación sea "protejer" a su débil mujer y a sus churumbeles.
He de decir, como punto final, que yo siempre he ido a contracorriente, y que por mucho que me prohibieron jugar al fútbol y criticasen porque no bebía alcohol, porque no me ponía falda o porque no gastaba sombra de ojos, he sido y sigo siendo muy fiel a mí misma. A fin y al cabo, yo nunca quise que pintasen las paredes de mi habitación de color rosa.