Creo que hay algo en nuestra sociedad que no comprendo y espero que alguno de vosotros, lectores valientes de mis esporádicas opiniones, puedan arrojar algo de luz a mi oscuridad.
Resulta que hay una monja pintora que se dedica a pintar cuadros (bastante buenos, por cierto) y que en el convento donde vive se han hecho de unos 'ahorrillos' que han sido sustraídos sin su consentimiento. Dudo que estas monjas puedan haber obtenido ese dinero haciendo dulces, así es que supongamos que el capital proviene de las ventas de los fabulosos cuadros de la artista religiosa.
Yo me pregunto entonces: ¿acaso esas ventas se han estado haciendo en negro? ¿por qué unas monjas tienen tanto dinero metido en bolsas de basura? ¿les da miedo los bancos o es que no quieren que exista referencias legales hacia esas cantidades?
Llegados a este punto, vamos a suponer dos respuestas:
ES MENTIRA.
Puede ser mentira y que no tuvieran esa cantidad escondida. Es como si yo ahora mismo fuerzo la puerta de mi casa y la de mi dormitorio y me invento que tengo un saco con un millón de euros y que me lo han robado... si cuela, cuela, ¿no?
ES VERDAD.
Si es verdad, yo, como contribuyente y servicial pagadora de Hacienda (al parecer, Hacienda somos todos excepto las esposas de Dios) querría saber si esas monjas han cotizado a la seguridad social, han cobrado el iva a los compradores y han pagado todos los impuestos referentes a la actividad económica y a las transacciones que las ventas de las obras de arte conllevan. A ver si ahora los artistas van a tener que declarar sus ingresos y las monjas no... (¿¿¿qué dirá SGAE de ésto???)
Lo más curioso de todo es el enfoque que los medios de comunicación han realizado del tema. Mientras en El País cuestionan el origen de ese ingente montante de dinero y por qué no estaba en un banco o caja de ahorros, en el ABC se cree que ese dinero estaba en los armarios porque lo utilizaban para hacer donaciones y para 'gastos corrientes'.
Perdonad la expresión, pero... ¡coño con los gastos corrientes!
Y mientras en los conventos se almacenan (y a veces se roban, como en este caso) miles de billetitos morados, el pueblo español se resiente de la crisis, pero eso sí, sigue rebuscando en el bolsillo cuando se pasa el cepillo.