miércoles, 6 de octubre de 2010

Inesperado

La mirada perdida, el rostro sombrío, las manos congeladas y castañeo de dientes.

Aquella tarde, ya anocheciendo, salió entusiasta del gimnasio, bolsa de deportes en mano, con la tranquilidad de saber que esa noche iba a ser para ella sola, ya que su pareja tenía que trabajar hasta tarde. Hacía frío, pero le daba igual.

Golpe en el pecho, pequeño mareo, sin oxígeno qué respirar ni saliva que tragar.

Paseó por la gran avenida, pasando de largo de cada escaparate... de todos excepto de uno, el de un fabuloso y carísimo restaurante. Era tan bonito y estaba tan lleno de recuerdos.

Lágrimas en los ojos, congoja imposible de retener, sollozos entrecortados y lamento silencioso.

Iba a comenzar de nuevo su amigable marcha cuando algo llamó su atención. De pronto, y para su sorpresa, divisó a su pareja coqueteando y acariciando la mano de una mujer, sentados en una mesa íntima con velas, igual que hicieron al cumplir el primer aniversario.

Odio, ira, tensión, rotura de corazón.

Animó el paso hasta llegar al coche, condujo frenéticamente por la ciudad y al llegar a casa, tras cruzar la puerta supo perfectamente en qué dedicaría las horas de aquella noche. Cogió una maleta y empezó a llenarla con la ropa de su pareja.

Relajación, nuevas lágrimas, cordura e incomprensión. La decisión estaba tomada.

10 comentarios:

Hei Jei dijo...

yo vomito seguro... bueno, de hecho lo hice :S

guada dijo...

espero nunca tener que ver eso, sería peor que una patada en el estómago, me quedaría ahí parada con cara de imbécil y además me echaria a llorar

toatoa dijo...

vomitaste jei???? mae mía...

yo tampoco espero ver eso nunca, guada...

besos!!!!

Alex B dijo...

¡qué falta de imaginación la del marido!ya la podía haber llevado a oto lado.Casi me parece lo más traicionero de la historia, que por otra parte me ha gustado mucho como esta escrita.
besos.

Tom Baker dijo...

No se le podría desear a nadie que tuviera que ver eso, yo lo he experimentado y es de las peores cosas que pueden pasarte... eso sí, menos mal que se dió cuenta a tiempo

malena dijo...

Está escrita de una manera muy precisa, me gusta la forma de contarlo en dos tiempo.
Yo no le hubiera metido la ropa en una maleta, la hubiera tirado por la ventana.
Besos

toatoa dijo...

Me alegro que os haya gustado, aunque la historia sea tan dolorosa...

Besos a tod@s!!!

Silvia Sánchez dijo...

a mi me gusta también la forma de contarlo, el ritmo y el cambio de estilo. Muy intensa.
Besos

Anónimo dijo...

Buena historia. Estoy con Alex, qué marido más simple. Yo no vomito, yo entro dentro y salga el sol por donde salga. Me siento en la mesa con ellos y me desahogo... fijo.

Pandora dijo...

Imagino perfectanmente la sensación presiosa de ir caminado por la calle, sintiendo todo lo q rodea tan intensamente.............y........un dolor agudo en el alma. No lo puedo imaginar. En realidad no tengo la menor idea de cual seria mi reación .....un beso.