miércoles, 15 de septiembre de 2010

El olvido

Recordó su vestido de novia, colocado con mimo sobre la cama, minutos antes de vestirse con él, mientras respiraba inquieta ante la ansiedad del momento. No era emoción, sino miedo.
La noche antes, su futuro marido le había cruzado la cara de un bofetón. Era la primera vez que ocurría, pero algo dentro de ella gritaba que no iba a ser la última. Aún así, no deseaba disgustar a su madre, viuda desde hacía una década, ni montar un escándalo delante todos los vecinos y familiares cuyo tumulto aún retumbaba en sus oídos.
Semanas después se las empezó a ingeniar para ocultar los moratones tras un potente maquillaje. El dulce aunque algo celoso novio que había conocido años atrás se transformó, drásticamente, en un monstruo que abusaba de ella en todos los sentidos.
Rememoró el día en el que una vecina, testigo mudo de los gritos de cada noche desde su casa, la paró en las escaleras, sujetándola firmemente del brazo, y le dijo - Déjale.

Las lágrimas rodaban silenciosas por el rostro de María. Llevaba casi dos semanas ingresada en el hospital, aún dolorida, recuperándose de varias costillas rotas y de un traumatismo craneoencefálico que le había provocado un cuadro severo de amnesia. Pero esa mañana se había despertado... recordándolo todo. Sentados a su lado se encontraban su madre y su marido, con aparente aflicción por sus padecimientos. María cerró los ojos de nuevo, rogando a Dios estar viviendo una pesadilla y despertarse en cualquier momento inmersa, de nuevo, en el olvido.

10 comentarios:

malena dijo...

Un texto muy duro, mucho.
Creo que esto le ocurre a muchas mujeres, que sufriendo malos tratos, por miedo a romper las reglas, o a disgustar a la familia, no saben que hacer.

Tom Baker dijo...

Nadie se merece eso, nadie... y mucho menos por amor

toatoa dijo...

Me temo que eso no es amor...

Besos a las dos!!!

antonio dijo...

Oh, terrorífico de verdad.
Saludos.

Alex B dijo...

Me pregunto si realmente el se transformó de esa manera o si siempre fue así y ella no fue capaz de advertirlo ( o lo que es peor hemos hizo caso omiso a las señales que lo sugerían).
Besos

Alex B dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

La persona maltratadora lo es desde siempre. No se vuelve así. Lo triste es que el enamoramiento ciega las señales evidentes... como dice Alex y al final, los traumatismos craneoencefálicos, pueden curarse, pero los del alma permanecen durante toda la vida.

malena dijo...

Eso creo, que el maltrato no aparece de repente, creo que las señales de aviso, no se ven, en ocasiones por que no sabes, en otras por que no puedes.
Besos

toatoa dijo...

Está claro que generalmente la primera hostia viene después de un maltrato psicológico previo, pero a veces puede ser tan sutil que la persona agredida sólo es consciente de la fase más grave y no la gradual de varios meses o años. De eso se valen los maltratadores, en realidad.

Besos!!!

guada dijo...

uf, que texto más duro, es duro de sobrellevar, la persona maltratada se convierte en un pelele al que le es casi imposible salir de ahí y el maltratador nunca cambia, o eso es lo que he comprobado.
si, yo tuve un novio que me cruzo la cara de un bofetón y tb me lleve otro recuerdo pero al menos lo dejé....tarde, pero lo hice
saludos