Hacía tiempo que no actualizaba y ya tenía ganas de hacerlo,
con todas las consecuencias.
Han sido unos meses de ausencia justificada e injustificada
al mismo tiempo. Porque mi silencio no significaba que no hubiesen razones por
las que gritar. Es más, yo diría que vivimos en una sociedad hábilmente
silenciada, en la que los gritos de rebeldía son considerados de esa manera,
como rebeldía juvenil y transitoria.
Tenemos metido el miedo en el cuerpo. Vemos a nuestros
vecinos, a nuestros familiares ahogados con las hipotecas, sin trabajo y, lo más
triste, sin futuro, y estamos tragando con todo. Con recortes sociales, con
amnistías fiscales para corruptos y consintiendo que mientras la sociedad paga
por los agujeros de entidades bancarias “privadas”, sus dirigentes se jubilen
con sueldos millonarios.
Hoy no voy a hablar de nuestros políticos, porque los de
aquí, sean del color que sean, no son los que mandan. Estamos en manos de los
mercados, de nuestros acreedores europeos y de los bancos. Al fin y al cabo, lo
único que vale en este mundo es el dinero. Y por lo que se ve, ya ni siquiera
importa de dónde proceda. Da igual si se trata de dinero negro procedente de la
explotación de mujeres, de drogas o de venta de niños, el dinero siempre es
dinero, ¿no?
Pero hablaba antes del silencio, de una pasividad y una
dejadez muy propia de nuestra sociedad. Nos da miedo levantar la voz y quejarnos
porque el miedo nos corroe. Podemos movilizar a miles de personas para celebrar
un título futbolístico, pero no movemos el culo aunque veamos injusticias a
nuestro alrededor. De hecho, seguramente le están explotando en el trabajo,
haciendo lo que corresponde a dos o más personas, pero se calla y aguanta por
miedo a estar como su vecino. Nos tienen totalmente “acojonados” porque, en
realidad, no hay futuro al que escapar.
Hoy en día, ser honrado es muy mala opción. Pretender vivir
con el fruto de su trabajo está empezando a ser una utopía. ¿Usted de verdad
pretende trabajar 40 horas semanales, disfrutar de conciliación familiar, tener casa y coche
con su sueldo mileurista así, sin más? En fin, de ilusiones se vive. Porque
seguramente hace tiempo que su sueldo no va con el ritmo de vida, cada vez se
gasta más dinero en el CarrefouràDiaàLidl comprando lo mismo
y en lugar de la quincena en la playa se apaña con la semana corta en el
pueblo, remojando el culo en una piscina de plástico.
Y esto es sólo el inicio. Pero ssshhhh… todos calladitos.
Porque sólo si estamos calladitos los de siempre se seguirán llenando los
bolsillos con el dinero que nos están exprimiendo. Sssshhh.
4 comentarios:
Dejadez y también vaguería... porque estamos acostumbrados a que nos lo den todo hecho y mascadito, y tal y como nos lo dan, nos lo comemos... hasta que nos hemos dado cuenta de qué era en realidad...
En fin, a ver si nos damos cuenta de las cosas y movemos el culito ese tan pegado al sillón que tenemos.
Un abrazote ;)
Una reflexión inteligente sin duda. Ha sido curioso ver a la gente coreando "yo soy español, español, español.." como si eso ahora significara algo. Si eres español/a vives en un país con una tasa de paro indecente, cada vez pagas más por la luz, el agua, los medicamentos y la sanidad... Eso sí, si tienes algo de ahorrros te los gastas en ir a Ucranía a ver el final de la Eurocopa y a gritarle a todos que orgulloso estás de ser español y de recorrer miles de km para ésto, pero que nadie te mueve el sillón para protestar por tu ERE, por tu paro, o por tu futuro incierto.
Soy española y, a veces siento verguenza de serlo...
Me ha traicionado el subconsciente y al leer amnistias fiscales, he leído amistades fiscales. No creo que la traición haya sido grave. Podría añadir amnistias fecales, o amenorreas fiscales...ufff... yo qué se. Mil combinaciones apestosas.
Un beso
Hola!!
Creo que con la queja y el victimismo no vamos a ningún sitio. Con esto no quiero señalar a nadie, todos lo hemos hecho lo mejor que hemos podido y sabido. Todos tenemos miedo, miedo de no tener mañana que comer y donde dormir , de eso se trata de que tengamos miedo para no movilizarnos, y que sigamos siendo los mismos borregos de siempre.
El cambio afuera viene desde adentro y a la tiranía a la opresión, al autoritarismo... solo se le combate desde lo que somos en esencia.
He colgado en mi nuevo blog una táctica para empezar una revolución desde la paz.
Al miedo se le combate aceptandolo y sabiendo que no hay nada que perder , pues ya lo tenemos todo perdido,al contrario hay mucho que ganar: Nuestra libertad.
Besote y abrazo
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