miércoles, 27 de octubre de 2010

Gente interesada

Intereses, halagos falsos y palmadita en la espalda.

Cuidado con el cuchillo traidor que llega mientras te deslumbra el brillo de las sonrisas.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Inesperado

La mirada perdida, el rostro sombrío, las manos congeladas y castañeo de dientes.

Aquella tarde, ya anocheciendo, salió entusiasta del gimnasio, bolsa de deportes en mano, con la tranquilidad de saber que esa noche iba a ser para ella sola, ya que su pareja tenía que trabajar hasta tarde. Hacía frío, pero le daba igual.

Golpe en el pecho, pequeño mareo, sin oxígeno qué respirar ni saliva que tragar.

Paseó por la gran avenida, pasando de largo de cada escaparate... de todos excepto de uno, el de un fabuloso y carísimo restaurante. Era tan bonito y estaba tan lleno de recuerdos.

Lágrimas en los ojos, congoja imposible de retener, sollozos entrecortados y lamento silencioso.

Iba a comenzar de nuevo su amigable marcha cuando algo llamó su atención. De pronto, y para su sorpresa, divisó a su pareja coqueteando y acariciando la mano de una mujer, sentados en una mesa íntima con velas, igual que hicieron al cumplir el primer aniversario.

Odio, ira, tensión, rotura de corazón.

Animó el paso hasta llegar al coche, condujo frenéticamente por la ciudad y al llegar a casa, tras cruzar la puerta supo perfectamente en qué dedicaría las horas de aquella noche. Cogió una maleta y empezó a llenarla con la ropa de su pareja.

Relajación, nuevas lágrimas, cordura e incomprensión. La decisión estaba tomada.