viernes, 19 de agosto de 2011

Que se acabe ésto ya...

Como viene siendo habitual en mí, seguramente comprenderéis que esté hartita del JMJ, de los especiales en la televisión del JMJ, de la ropa de diseño del Papa, de sus críticas hacia la sociedad española, de mezclar la velocidad con el tocino equiparando la moralidad católica con los buenos valores y de muchas otras pamplinas más. Conozco a mucha gente buena que no es católica y muchas otras malas que se dan golpes en el pecho, que pagan una pasta por poder pasear a las vírgenes por las calles de su pueblo y que echan dinero en el cepillo de la iglesia. Si estas últimas son las que van a entrar en el reino de Dios porque confesarán sus pecados en el Retiro este fin de semana, entonces mejor que me envíen a otro sitio cuando me muera.
Por Dios, que termine pronto esta procesión de "conocedores de la verdad absoluta", de lecciones de moralidad hipócrita y de cánticos dictados a conciencia por los peces gordos de siempre. Si de verdad existe un Dios y está mirando desde el cielo la parafernalia económica y el circo que hay montado en Madrid en su honor, debe estar vomitando.